TOC TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno de ansiedad, caracterizado por pensamientos intrusivos, repetitivos y permanentes, que producen inquietud, malestar y temor, acompañados de conductas repetitivas denominadas compulsiones, dirigidas a disminuir la ansiedad. Los pacientes que padecen TOC se ven envueltos en rituales de ordenamiento, lavados o conductas repetitivas como: asegurarse haber cerrado la puerta, evitar pisar las líneas de las baldosas, etc para disminuir su ansiedad, detrás de estas compulsiones existen emociones, que están muy negadas y retorcidas por lo intolerables que les resultaría a la consciencia asumirlas.
Es importante diferenciar las defensas obsesivas, de la estructura de personalidad obsesiva. Es posible encontrar síntomas obsesivos en individuos con otra estructura de personalidad: fóbica, histérica, angustiosa o esquizoide. Un ejemplo ayudará a entender, una persona está convencida que es obsesiva porque tiene que tener todo ordenado en su casa, cada cosa tiene su sitio y no soporta que las cosas estén fuera de su lugar. Pero en realidad esta persona tiene una conducta marcadamente hiperactiva: impaciencia, realiza varias cosas a la vez, no soporta la lentitud de las personas, desorden, deja cosas sin acabar y empieza otras, etc. Para este individuo, la defensa obsesiva le ayuda a mantener sus cosas organizadas, si no tuvieses esta defensa, es posible que su casa fuese un caos. Esta defensa obsesiva le ayudaba a controlar su exceso de actividad permitiendo una mayor organización en su vida. A nivel terapéutico, no sería algo a modificar sino a mantener.
Los llamados TOC presentan las siguientes características: perfeccionismo, ambivalencia, intolerancia a la incertidumbre, laboriosidad, tendencia a la duda, dificultad de estar en deuda, tendencia a la culpa, sentimientos de imperfección, idealismo, inhibición de las emociones, meticulosidad, tendencia al orden, amor a la limpieza, preocupación por los pequeños detalles, autocontrol, seriedad, parsimonia, constancia, precisión, sensibilidad, avaricia que puede alternar con prodigalidad, frialdad emocional y un sentimiento elevado de justicia.
Cuando estas características están presentes hablamos de rasgos, cuando están muy desarrollados hablamos de trastorno obsesivo de personalidad y cuando están seriamente desarrollados que dan lugar a serios trastornos del comportamiento y de la capacidad de adaptación del sujeto, hablábamos de personalidad anancástica. Actualmente, debido a la clasificación DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) se equiparan estos rasgos con los del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), en psicopatología clásica solía llamarse anancástica.
Los individuos con personalidad obsesiva presentan siempre una gran inhibición de sus emociones, son prudentes, perfeccionistas, puntuales y rigurosos en lo convencional. Tomar una decisión les resulta casi imposible. La duda les invade con facilidad y les paraliza totalmente en sus acciones. En sus relaciones personales se muestran muy dependientes de sus jefes, de su pareja, familiares y amigos.
Muestran auténtica dificultades para delegar responsabilidad. Son reacios en confiar tareas o a trabajar con otros, a menos que se sometan exactamente a su forma de hacer las cosas.
Presentan una seria dificultad para disfrutar de la vida. Todo lo convierten en deberes, es frecuente que en la terapia te pidan tarea para realizar. Su elevado nivel de exigencia consigo mismo, el grado de competitividad y frustración ante los errores conlleva que la persona viva muy exigida y comparándose siempre a un ideal del yo muy exigente. Cuando se compara y siente que lo cumple su persona descansa, cuando no lo cumple se atormenta por ello. Casi siempre en posición defensiva se anticipa a posibles desgracias. Rara vez experimenta estados placenteros o se permite relajarse.
Todos podemos, en algún momento de la vida y según las circunstancias, presentar algunas de estas características, que pueden agudizarse en épocas de mayor estrés sin tener que ser necesariamente obsesivo y no por eso sufrir un trastorno de personalidad. Nos referimos a trastorno de personalidad cuando, al comienzo de la edad adulta, aparecen patrones de pensamiento y comportamiento que afectan a la persona con TOC y a quienes le rodean. Cuando presenta claramente dificultades adaptativas por la rigidez de su conducta, provocando dificultades en los distintos ámbitos de su vida: familiares, laboral y social. Se calcula que el síndrome perfeccionista afecta al 7 y 12% de la población, aunque no se sabe con exactitud. Cada persona lo vive a su manera, con su sufrimiento particular, y en un grado más o menos intenso En general, la persona que padece un TOC, tiene mucho sufrimiento, debajo de sus compulsiones hay mucha ansiedad y están llenos de miedos. Tienen mucha frustración y agresividad acumulada, en general no se permiten conectar y manifestar sus sentimientos de malestar, les parece que no están a la altura, por lo que muchas veces la conducta compulsiva es una forma de mantener mantener a raya sus sentimientos más agresivos. Cuando las compulsiones aumentan, es muy probable que algo les esté provocando más angustia o malestar, aunque no sean conscientes de ello.
El obsesivo funciona desde en el control y la retención, más de una vez se muestran obstinados y trabajando con ellos, uno siente cómo él/ella intenta de distintas maneras retener: información, vínculos etc. ahí está uno de los temas difíciles de modificar en el proceso psicoterapéutico, por eso muchas veces nos referimos que hay que “histerificar” al obsesivo, quiere decir que lo que resulta terapéutico es poder modificar su funcionamiento mental y encontrar formas distintas de relacionarse que no sean a través del control. El obsesivo sufre angustia de fondo, de hecho antes, en el DSM (Manual Diagnóstico Estadístico de Trastornos Mentales) , estaba clasificado dentro de los trastornos de ansiedad. Cada vez que una persona que sufre TOC siente angustia, lo que intenta es controlar aún más, lo que le lleva a consolidar un funcionamiento que le llevará a más control y angustia. Una técnica de relajación puede ayudarle puntualmente, para paliar sus miedos y angustia, pero, a la larga va a ser otra técnica más desde el control, lo que reforzará su funcionamiento principal: EL CONTROL.
No es infrecuente encontrarnos con un descontrol descomunal en estos individuos, pues muchas veces presentan ludopatías, consumo de sustancias, trastornos de la conducta alimentaria o algún elemento que les delata un descontrol importante.
En sus dibujos, observamos claramente como rellenan todo, no dejan espacio libre, dando prevalencia a la cabeza, muy centrado en actividad mental (por sus preocupaciones y cavilaciones), borraduras (debido a la inseguridad), minuciosidad general (siempre se perderán en los detalles), sombreados (ansiedad, miedos).
CAUSAS:
Las causas son diversas, y cada individuo debe indagar sobre la suya propia. No obstante, una de las claves está en haber recibido una educación muy estricta con normas muy severas en detrimento de un desarrollo afectivo más pleno. Los padres han estado más preocupados por hacer que el niño cumpla las normas, que por las necesidades afectivas del niño.
QUÉ HACER SI ES UNA PERSONA CERCANA:
1.- Muéstrales que aprecias su sentido del orden. Los obsesivos sienten que actúan en nombre del bien, si no muestras apreciación por su conducta, descalificarán lo que dices.
2.- Respeta y tolera su necesidad de anticiparse y de organizar.
3.- Respeta su necesidad de control, pero no dejes que ejerza el control sobre tu persona.
4.- Cuando esté muy ofuscado en que las cosas deben hacerse a su manera, demuéstrale de forma más obsesiva aún, con argumentaciones precisas que hay otras formas mejores.
5.- Muéstrate previsible y confiable. Llegar tarde te descalificará frente a sus ojos.
6.- Ayúdale a que se relaje. Los obsesivos no sueltan el control, tienen que verificarlo todo, no consiguen relajarse.
7.- No hay que ironizar sobre sus manías. Aunque podamos estar tentados en hacerles una broma, ellos se sentirán muy dolidos.
8.- No le agobiéis con demasiado afecto o regalos. Se sienten incómodos con la expresión de sus afectos y al tener un concepto muy desarrollado de la simetría y la reciprocidad, se sentirán obligados a responder de la misma forma.