SOSPECHA DE ABUSO SEXUAL. ¿Cómo debemos actuar?
Las estadísticas son atroces, en U.S.A. 1 de cada 4 niñas y uno de cada 7 niños sufrirán abuso sexual antes de los 18 años. A pesar de ello, no se toman las medidas adecuadas.
Conceptos erróneos sobre el A.S.I (Abuso Sexual Infantil), en los abusos hay penetración, y si no hubo penetración, buen entonces… no es tanto como abuso. En la gran mayoría de los A.S.I no hay penetración. La definición del A.S.I. viene determinada por ser una relación asimétrica donde el adulto irrumpe con su SEXUALIDAD Y SUS NECESIDADES sobre la niña/o.
Los especialistas, estiman en que el 95 % de los casos de A.S.I se producen en el entorno familiar próximo que el agresor es alguien que guarda una relación estrecha con la víctima (padre, padrastro, hermano, abuelo, tío, maestro, suele ser una figura masculina).
Muchas veces se piensa que si no hubo violencia, no es tan perturbador. Creencia FALSA, cuando es bajo “la seducción” manipulando y engatusando a la niña/o puede ser más enloquecedor, por la confusión que genera en el menor (pero si no me forzó, ¡yo también tendría deseo!). Las víctimas suelen echarse la culpa y sentir que lo han provocado, como forma de dar la vuelta a esta experiencia tan traumática en que ellas no han tenido nada que ver, ni han podido hacer nada para escapar porque en todos los casos han sido “EMBAUCADAS/OS”. Es una forma de revertir, si sienten que han causado el abuso, entonces pueden sentir que tienen cierto control sobre el trauma. Les tranquiliza más pensar que han sido partícipes activos de una situación, que haber sido víctimas, lo que genera más horror e indefensión.
Sin duda, lo suyo sería acabar con la conducta de abuso sexual. No obstante, teniendo en cuenta la dificultad para detectar a los perpetradores (se enmascaran muchísimo aunque están en sitios donde puedan ejercer su perversión), ya que siempre negarán que han cometido un abuso sexual y si los descubren, mantendrán una conducta impoluta mientras haya “vigilancia” para luego reincidir en el abuso, hay que buscar otras alternativas.
Desde el punto de vista psicoterapéutico hay un concepto clave en la cuestión del abuso que no voy a profundizar, lo haré en otro artículo dedicado a ello, pero sí enumerar: la compulsión (inconsciente) a la repetición de fragmentos (re-enactment) del trauma. Y desde la psicología forense otro: LA CREDIBILIDAD DE TESTIMONIO del menor, S.V.A. (Statement Validity Assessment). Las dos entrañan generalmente un elevado nivel de profesionalidad y complejidad. Aunque, son las menos frecuentes, también podemos encontrarnos con declaraciones falsas.
Por ello, frente a la duda o sospecha que algún menor pudiera estar en esta situación, recomiendo fuertemente que sigan un programa preventivo con un profesional. Lejos de irrumpir en la ingenuidad del niño, se le enseña al menor, a estar muy atento a sus percepciones y a tener una conducta muy asertiva, que pueda reconocer y pedir ayuda a los adultos confiables. Es la mejor herramienta que le podemos dar a un niño frente a esta situación, porque lo que él ha aprendido permanecerá con él todo tiempo, será su mejor escudo protector.
¿Cómo pueden ayudar los padres?
Es de crucial importancia no intentar “arrancar” al niño/a la información. Ofrecerse como un adulto que puede escuchar, ser confiable, dar apoyo, protección, seguridad y actuar adecuadamente en esta situación. A veces resulta más traumático la respuesta del entorno frente al abuso.
Siempre hay que escuchar a los niños y no hacerles sentir que lo que dicen carece de importancia por el hecho de ser pequeños. La mayoría de los niños no cuentan cuando sufren un abuso sexual porque piensan que el adulto no les va a creer.
- No hacerles sentir que los mayores nunca nos equivocamos y que si lo dice un mayor debe estar bien.
- Enseñarles a ser asertivos.
- Transmitirles el concepto de “mi cuerpo es mío y en mi cuerpo mando yo”. No insistir en que se dejen dar besos y achuchones si ellos no lo desean. Por ejemplo: “Sería bueno, que le dieses un beso a la tía, pero si no te apetece ella lo entenderá, otro día cuando te apetezca se lo darás”. Esto no les exime de saludar, pues hay que transmitir la educación.
- Enseñarles a que puedan diferenciar las caricias buenas, que le hacen sentir bien de las caricias que le hacen sentir raro, esas no le hacen bien.
- Que un juego es cuando se divierten todos los que están implicados en él, cuando sólo lo está pasando bien una persona ¡no es un juego!
- Que hay “secretos” y “secretos”, cuando los secretos esconden cosas que no deberían estar escondidas no es bueno guardarlos.