Inteligencia Emocional
Las investigaciones muestran que un 77% del éxito a la hora de emprender depende de la Inteligencia Emocional y que sólo un 23% tiene que ver con la inteligencia cognitiva.
¿A QUÉ LLAMAMOS INTELIGENCIA EMOCIONAL?
Una persona tiene inteligencia emocional cuando es capaz de responder con las emociones adecuadas a las distintas situaciones por difíciles y adversas que estas sean, teniendo en cuenta los deseos y motivaciones de la otra persona.
Las investigaciones muestran como estudiantes de las Ivy League (prestigiosas universidades a nivel académico y social) que habían obtenido las calificaciones más elevadas, no habían alcanzado éxito laboral a nivel de (salario, prestigio profesional y productividad) comparados con aquellos de clasificación inferior. Parece que una clave radica en las capacidades adquiridas en la primera infancia: tolerancia a la frustración, control emocional, habilidades sociales.Tarea que parece muy fácil pero que está teñida de un complejo entramado de gestos y mensajes que si no son bien interpretados pueden generar problemas en la interacción (la relación con el otro) en detrimento incluso de conseguir objetivos profesionales.
LA PRIMERA ESCUELA ES LA FAMILIA
Cada región cerebral se desarrolla a su ritmo, lo que está claro es que para que se desarrolle necesita de la interacción con otra persona. Es en la primera infancia donde se establecen las conexiones neuronales que dejarán el mapa cerebral configurado dependiendo de las experiencias vividas. Me refiero a que cada experiencia emocional tiene un “mapeo” neuronal, se van estableciendo sinapsis neuronales (pueden establecerse en cuestión de días o de horas) que van configurando circuitos en el cerebro, quedan registrados y son fácilmente activables.
Por eso la psicoterapia, el reaprendizaje emocional sistemático, da cuenta de este proceso. Como la experiencia puede cambiar pautas emocionales y remodelar nuestro cerebro.
El comienzo de la pubertad desarrolla el sistema límbico encargado de la regulación de los afectos y los lóbulos frontales encargados del autocontrol emocional.
Uno de los aprendizajes más importantes que puede tener un niño es la capacidad de consolarse cuando está afligido. Cuando la madre coge al niño en brazos, le “balancea” o utiliza otra técnica pero consigue tranquilizarle (experiencias repetidas), esta conexión biológica le enseña al niño a realizarlo él consigo mismo. Los investigadores sostienen que los niños que han sido consolados repetidas veces, disponen de una conexión límbico-orbitofrontal que les ayuda a calmar su ansiedad y tranquilizarse en un futuro.
Anteriormente era una función que básicamente la cumplía la madre o la cuidadora pero en la actualidad hay un “agujero” para estas funciones, lo que va en detrimento del desarrollo psíquico de las personas.
Curiosamente, cuando prima el uso del ordenador, es cuando se está descubriendo la importancia de la interacción, de las capacidades más humanas hasta para poder ser exitoso en los negocios.
Se trata de ayudar a las madres/padres a “optimizar” en esta función. Conectar afectivamente con nuestros hijos. Un ejemplo ayudará: nuestro hijo viene del colegio frustrado porque le han hecho burla. Un padre frustrado con falta de inteligencia emocional, frente a esta situación responde de la siguiente manera: ”Pero tú, ¿eres tonto o qué?. ¿Por qué te dejas vapulear de esa manera?”. Esta experiencia queda automáticamente registrada en la psique del niño con el consecuente bajón en su autoestima. Un padre con inteligencia emocional contestaría: “ Imagino lo enfadado, la rabia y la impotencia que tienes que haber sentido, nadie podemos evitar estas situaciones, a ver si me lo puedes contar más detenidamente y entre los dos somos capaces de ver que puedes hacer en otras situaciones parecidas”. No se trata de una estrategia, se trata de conectar auténticamente con lo que el niño pudo sentir. No hay palabras “mágicas” cada padre debe encontrar las suyas propias con su hijo.
La regulación emocional, una de las clave en la inteligencia emocional se consigue en la relación con la otra persona significativa. Con esto quiero decir que si ese niño no ha conseguido una modulación de los afectos con una de sus figuras significativas podrá tener una “capa adaptativa” una cobertura que le indique como manejarse en ciertas situaciones, pero nunca podrá tener todo el entramado de funciones psíquicas e intersubjetivas (interpretar adecuadamente los gestos corporales de la otra persona y responder en función del estado emocional del otro) que se necesita para adquirir la inteligencia emocional.
¿CÓMO SE DESARROLLA LA INTELIGENCIA EMOCIONAL? ¿Qué podemos hacer los adultos?.
Hay distintos tipos de Inteligencia, pero podríamos hablar de pasos de alguna manera ya que para algunas adquisiciones son necesarias otros aprendizajes previos. En líneas generales podríamos mencionar:
1.- Conexión Emocional. Estar conectado con las emociones. Reconocer los sentimientos. Por ej: Si me pisan el pie, es normal que diga “auch” y que sienta cierto fastidio. No quiere decir que tenga que actuar mi fastidio, pegarle al otro, pero si sentir ese malestar. Si la otra persona se disculpa sentiremos alivio, el dolor físico será el mismo, pero la respuesta del otro al ser la adecuada (reparadora) hará de “bálsamo”. No es adecuado:” No, si no pasó nada”, eso sería minimizar, ni por el contrario armar un escándalo que sería exagerar o dramatizar.
2.- Control Emocional y Autoregulación. Control de impulsos. Por ello nos referimos a cuando hay un exceso de carga emocional se produce un “desbordamiento” las emociones exceden los procesos reflexivos y nublan la capacidad de oír a la otra persona, aquí no hay capacidad de tener en cuenta el punto de vista de la otra persona. Para conseguir cierto control y regulación a veces es preferible la distracción y buscar un segundo momento en el que se pueda hablar lo que sucedió sin ese “exceso emocional”, porque a veces cualquier cosa que uno diga va a irritar más y se trata de aplicar un “bálsamo”. Un error muy frecuente es que una vez que ha pasado “la tormenta” tendemos a no hablar de ello por miedo a que vuelva a provocar esa emotividad y es ahí donde radica el problema.
3.- Motivación y Automotivación. Orientar nuestra conducta hacia los intereses deseados. Alcanzar objetivos. Podemos ayudar a nuestros hijos preguntándoles cómo van tus cosas? ¿Qué has hecho hoy para conseguir eso que querías?. Hacerles sentir con derecho a que tengan sus proyectos y que puedan volcar sus energías ahí. Con las niñas hay que tener especial cuidado ya que están muy influenciadas por parámetros sociales en cuanto a hacer del cuidado de las otras personas su proyecto principal. Ser padres, nos convierte en posibles modelos a imitar. Si nosotros somos entusiastas con lo que realizamos, transmitimos ese entusiasmo a los hijos. También ocurre que padres entusiastas pero poco empáticos, aunque ofrezcan un modelo de motivación terminan aplastando a sus hijos, en el fondo no toleran que nadie les haga sombra. Examinar posibles causas nos ayudará a intervenir adecuadamente.
4.- Saber cuándo preservar y cuándo soltar. Mostrarles la importancia de preservar en los proyectos, no dejarles que suelten con facilidad. Por ejemplo en cuanto el niño dice “quiero dejar tennis, enseguida lo deja. Averiguar cuál es el motivo, que su íntimo amigo quiera dejar la clase no es motivo para que el la deje. Hay que hacerle ver que si las decisiones que toma están basadas en lo que hace su amigo él pierde el norte.
5.- Empatía. La capacidad para ponerse en el lugar del otro. Sencillamente es preguntarle: “¿Y tú cómo crees que se sintió Santiago cuando se enteró que iba a repetir de curso?”.
6.- Habilidades Sociales. Llevarse bien con los demás. Cada encuentro es distinto en cada uno se emiten señales corporales distintas, quien realice una interpretación adecuada de ellas conseguirá un dominio en ese intercambio afectivo. La presencia de esa persona resultará agradable porque nos hace sentirnos bien. Por ejemplo si cuando estoy expresando algo veo que mi hijo me escucha pero que su cuerpo está como paralizado y con cara de miedo intentaré bajar el tono de voz para intentar que no se asuste. Modular en relación al otro es fundamental para que fluya la relación.
En U.S.A. se están realizando programas como el Resolving Conflict Creatively donde se les enseña a los niños la inutilidad de la violencia y la agresividad. Los alumnos aprender a ser asertivos sin violencia.En California, el Child Development Project enseña habilidades sociales a los niños integrándolas en sus propias tareas.
En mi opinión, estamos todos “sobrecargados” para ponernos “deberes extra”, no necesitamos más obligaciones. Probablemente, la forma más sensata de trabajar la Inteligencia Emocional es incorporándola, integrándola en las matemáticas, Sociales y en la cotidianidad de la vida.