¿¿¿TANTAS TERAPIAS NUEVAS??? ¡¡¡QUE LÍO!!!
Pero, ¿de verdad se están haciendo tantas cosas y de verdad son tan eficaces?
Hace tiempo que llevo queriendo escribir de este tema. ¿De verdad, se están haciendo tantas terapias distintas y están siendo tan eficaces?. En este momento surgen, un poco por el impacto de los medios de comunicación, toda una serie de terapias y de tratamientos que parece que en la psicología todo se está descubriendo ahora, prometen un nivel de eficacia impresionante, como si por fin hubiésemos encontrado “la piedra filosofal”. Si bien es cierto que a lo largo del psicoanálisis clásico antiguamente todo se interpretaba con conceptos básicos psicoanalíticos, y que ahora, gracias a la observación directa y al trabajo riguroso de varios profesionales se han cuestionado conceptos básicos lo que nos ha permitido perfeccionar y depurar la técnica. Sólo mencionar, entre ellos, La Teoría del Apego de Bowlby, el concepto de Daniel Stern sobre las capacidades del infante han cambiado notablemente algunos conceptos claves. Muchos otros cambios se han producido en relación a la mujer, que han tenido aportaciones importantes en nuestro quehacer profesional.
La neurociencia, ha sido un gran “espaldarazo” que nos ha permitido corroborar lo que el ojo clínico venía observando durante tantos años, el registro y el mapeo neuronal de las vivencias, de las emociones y la importancia de estas en el comportamiento humano.
Bien, entendiendo todo esto, nos encontramos hoy en día con una cantidad de descubrimientos nuevos que parecen ser el paraíso y en mi opinión no son más que lo que venimos haciendo con otro nombre. Por eso pienso en el lector y no puedo dejar de pensar: ¡Qué lío!.
Si bien el concepto de Inteligencia Emocional, es un constructo relativamente nuevo, abarca lo siguiente:
1.- Autoconsciencia, conocimiento de las propias emociones, conectar con nuestros verdaderos sentimientos.
2.- Control Emocional y Autoregulación. Controlar los sentimientos y adecuarlos al momento. Tranquilizarse a uno mismo.
3.- Capacidad para motivarse uno mismo. Demorar la gratificación inmediata y poder darle cauce a un proyecto vital.
4.- Reconocimiento de las emociones ajenas y empatía. Poder ponerse en lugar del otro.
5.- Control de las relaciones. Eficacia interpersonal.
Todos estos conceptos trabajados en la psicoterapia psicoanalítica, sólo que bajo distintos “nombres” que no quiero aburrir al lector con ellos.
Bioreprogramación, terapia de sanación, donde encuentran el origen, los archivos inconscientes del pasado que están “insidiendo” en la conducta actual, para que una vez llevados a la consciencia se puedan sanar y la persona pueda conducirse de una forma más libre, como ella quiere. Comparte una enorme similitud en concepto con la psicoterapia psicoanalítica.
Mindfullness, se trabajan la conexión con los sentimientos, sin pasar a la acción, en un marco de tolerancia, sin ningún juicio crítico, ¿pero no es esto acaso lo que se realiza en una psicoterapia psicoanalítica?.
En mi opinión, hay avances y cambios importantes que debemos integrarlos con el rigor que el compromiso que la profesión requiere, pero sin olvidar la sensatez y el sentido común.
CONSEJOS:
No dejarse “apabullar” por la información, por terminología “aparatosa” o por un sinfín de cursos.
Es muy importante sentir que el profesional conecta afectivamente con nosotros y que nos reconocemos en las preguntas o comentarios que va realizando.
En esta profesión no hay “varitas mágicas”, hay que huir de las terapias que prometen resultados rápidos en cortos períodos de tiempo. Si pensamos un poquito, una persona lleva funcionando de esa forma, es porque dentro de su sistema ha sido la mejor opción que ha encontrado. Realizar un cambio en ese sentido tiene que ver con levantar algunas defensas que si han permanecido ahí es por algo, con lo cual no es tan fácil ni tan inmediato.