LOS DIBUJOS HABLAN
Cuando el lenguaje o las palabras no salen, callan, disimulan o dicen lo contrario, el lenguaje no verbal, el material que viene desde fuentes que no están al servicio del control hablan. A ellas debemos prestarles especial ATENCIÓN. Nos cuentan cosas que la consciencia censura o bien porque han aprendido que de esas emociones no pueden hablar, se han adaptado a su entorno escondiendo lo que le resulta más intolerable.
Muchas veces los padres intentamos que nuestros hijos tengan los mejores sentimientos del mundo y obturamos o damos poco espacio para los emociones negativAs, entonces ellos aprenden a callarlos, lo que desencadenará sin duda en problemas emocionale
Solo haré unas pequeñas observaciones de este dibujo de una niña de 5 años.
Es evidente que se trata de una niña muy lista, pues la complejidad de la figura humana la plasma bien, y tiene prácticamente integrado todos los detalles, menos los oídos. ¿Sería porque ella escuchaba poco lo que los mayores le decían?. En todo caso lo que destaca es el enfado , fijaros esos dientes, parece que va a morder a alguien. La niña está “haciendo pis” el nivel de rabia, de agresividad que ella siente para dibujar una niña haciendo pis! En la nariz, tiene “mocos” y lo verde son las lágrimas, pues también tenía mucho sufrimiento. La cabeza es desproporcionada en relación al cuerpo, que si bien todavía no ha adquirido sentido de la proporcionalidad dada su corta edad, indica que hay mucho pensamiento, probablemente en detrimento de sentir sus emociones. Sus manos abiertas indican la necesidad de afecto, pero cualquiera se acercaba a ella, el grado de agresividad que tenía hacía que los demás saliesen disparados.
CONSEJOS PRÁCTICOS A LOS PADRES:
1.- Como norma se puede afirmar que cuesta más hablar de las emociones negativas y con la persona a la que van destinadas. Por eso si un hijo está manifestando una emoción positiva frente a la madre podría ser una buena oportunidad para decirle: “que bien, parece que me puedes decir las cosas que te agradan de mí, y cuáles son las que no te gustan?” NO estamos “metiendo” nada en su cabeza, solo estamos “abriendo” una puerta para que ellos sepan que también podemos escuchar la otra parte.
2.- Aunque temamos estar abriendo “la caja de Pandora” es mejor destapar lo que hay, a que esas emociones se vayan acumulando, luego se hacen una bola que hay que desenmarañar.
3.- Cuando los padres están separados, es muy frecuente que los niños cuenten a un progenitor problemas que tienen con el otro progenitor.A lo que es muy difícil responder: “eso no me lo cuentes a mí, háblalo con mamá”, ya que hay una parte nuestra que quiere escuchar ese enfado que el niño tiene con el otro. Otra parte nuestra también quiere escuchar al niño/a auténticamente en su malestar. Yo diría que si no desvela la intimidad del adulto, se le escuche al niño, haciendo hincapié en lo importante que puede ser, que él mismo lo pueda expresar a quién debe dirigirlo. Incluso ayudarle para ver cómo podría decirlo. Si es del orden de la intimidad del otro adulto, es muy importante se pueda renunciar y decirle que de eso no quiere saber nada (exceptuando los casos en los que sea peligroso o dañino para el niño).
4.- Los sentimientos de celos y envidia con los hermanos o sus iguales son “normales” existen, hay que darles un espacio para que puedan hablar de ellos y compartirlos. Los compañeros de clase representan sus “hermanitos”, es lo más cercano que tienen a la experiencia de tener “hermanos” y encima son un montón, parece que se han multiplicado y tienen que conseguir la atención de la profesora entre todos ellos!!! Vaya trabajo, no me extraña que haya muchos pequeños que no quieran acudir al colegio!!!
5.- Compartir con ellos experiencias nuestras de cómo tal compañero de trabajo nos fastidia porque parece saber siempre más, o anécdotas nuestras de cuándo éramos pequeños en relación a nuestras emociones es una buena idea, les ayudará a abrirse.
6.- No tengáis miedo de hablar de emociones como: la rabia, la envidia, el fastidio, etc un niño no se hace agresivo por hablar de estas emociones. Es aconsejable darle rienda suelta, que el niño saque su agresividad verbalmente y sin herir a los que están cerca, luego habrá tiempo de hablar de cosas positivas.
Una forma de ayudarles a que puedan hablar de ello que resulta incómodo, sería: “Qué mal que estuvo Santiago cuando no te quiso pasar el balón a pesar de que estuvieses en la portería”
niño: “No, de verdad no me importó. Seguramente tampoco hubiese metido un gol”.
adulto: “Ya, pero una cosa es no meter un gol porque no des un buen tiro, y otra cosa es que él no te la haya querido pasar el balón cuando tú estabas más cerca y tenías más posibilidades. Si a mí me hubiesen hecho eso sí que me hubiese fastidiado”….
Niño:“Bueno, la verdad es que un poco sí. También me acuerdo de otra vez….” Después de que haya un recorrido en ese sentido se puede introducir: “El otro día te dejó los deberes de ….” (hacerle conectar con una característica positiva del compañero).
Los niños/as capaces de conectar y expresar todo el abanico de emociones que experimentan con una persona significativa, tienen muchas menos posibilidades de “enfermar”.