TRASTORNOS DE CONDUCTA
SEGÚN DIARIO MÉDICO.COM
LA CRISIS ECONÓMICA Y LOS CAMBIOS SOCIALES, SON LAS PRINCIPALES CAUSAS:
De que los trastornos de conducta hayan aumentado en los últimos cinco años en adolescentes.
Es una serie de problemas de comportamiento y emocionales que se presentan en niños y adolescentes. Los problemas pueden involucrar conducta impulsiva o desafiante, consumo de drogas o actividad delictiva.
Quien lo padece, lo vive como si formasen parte del carácter propio, es decir no se vive con sufrimiento, se vive como una manera de ser, por eso son más difíciles de combatir. Es lo que más tarde configurarán trastorno de personalidad si no se trabaja adecuadamente; aunque muchos clínicos han estado y siguen siendo renuentes a diagnosticarlos, ya que consideran que la personalidad durante la adolescencia aún no ha cristalizado.
Existen evidencias de que los síntomas y el curso de un gran número de trastornos están influídos por factores étnicos y culturales.
Las causas que han sido mayoritariamente asociadas al trastorno de conducta han sido:
• Maltrato infantil
• Drogadicción o alcoholismo de parte de los progenitores
• Conflictos familiares
• Anomalías genéticas
• Pobreza
Los síntomas se manifiestan mayoritariamente en:
• Romper las reglas sin una razón clara.
• Comportamiento cruel o agresivo hacia personas y animales (por ejemplo, intimidar, pelear, usar armas peligrosas, forzar la actividad sexual y robar).
• Ausentismo escolar (inasistencia, que comienza antes de los 13 años).
• Consumo excesivo de alcohol y/o de drogas psicoactivas.
• Iniciar incendios de manera deliberada.
• Mentir para conseguir un favor o evitar tareas que tiene que hacer.
• Fuga.
• Vandalismo o destrucción de la propiedad
El diagnóstico es más común entre varones.
Este tipo de conductas están más legitimadas cuando se trata de varones que de niñas. Lo que muestra que cuestiones de género también tienen incidencia en los trastornos de conducta. Es decir que si observamos una “pelea” entre varones es probable que pensemos: “es cosa de chicos” y esta misma conducta en chicas nos llame la atención.
Además de la situación económica, los cambios experimentados en la sociedad respecto a las estructuras familiares en los últimos años, junto a un auge de valores como el individualismo, la necesidad de recompensa inmediata o la poca tolerancia al malestar y la injusticia social han comportado un aumento de los trastornos de comportamiento que afectan al entorno del menor.
Estos niños a menudo no hacen ningún esfuerzo por ocultar su comportamiento agresivo y pueden tener dificultad para hacer amigos verdaderos, a veces ni siquiera los buscan. Sólo buscan “compinches” a los que suelen llamar “amigos”.
Una sociedad enferma no puede crear individuos sanos. Una sociedad donde prima lo funcional sobre la dimensión humana está resquebrajándose. ¿Que más tenemos que esperar para modificar ciertas cosas en el ámbito de lo social? No es sólo la crisis que estamos viviendo, sino qué hacemos frente a ella, en este sentido he de añadir que estoy observando conductas muy poco “humanas”, el “sálvese quién pueda” y el abuso de poder en estos momentos es un poco la tónica.
Lo mismo que un organismo delata malestar psíquico a través de su cuerpo cuando no sabe hacerlo de otra forma, una sociedad delata malestar cuando los individuos en ella lo expresan a través de la agresividad con el otro, el desinterés, la desidia y la pasividad cuando se trata de buscar “su lugar en el mundo”. En el fondo, ¿no estarán convencidos que las variables que llevarían a verdaderos cambios están fuera de su alcance? Porque cuando los cambios tienen que venir de estructuras que mantienen el poder, y son estas mismas las que están tapando o haciendo oídos sordos a situaciones de abuso, lo que se ejemplariza es: “si tengo poder hago lo que quiero y no tengo que rendirle cuentas a nadie, estoy blindado”.
Claro que sí, en una sociedad donde está primando la desigualdad, la injusticia social, la pobreza (por cuestiones ajenas a los propios individuos) y la funcionalidad, donde desaparece la filosofía, donde se cierran vías de pensamiento más profundo, porque son “lentas” … a mi parecer, no es de extrañar que rebroten los trastornos de conducta.
Porque pensar en el otro, de verdad, no está de moda, aunque mucho se hable de ello.